Arte/arquitectura: Le Corbusier
Le Corbusier siempre vio la arquitectura y el arte como dos cosas que no se pueden separar. Para él, un edificio no era solo algo que tenía que funcionar bien, sino algo que también debía sentirse, inspirar y tener una belleza clara y simple. Ideas como que la casa es una “máquina de habitar” o su sistema de proporciones, el Modulor, muestran cómo buscaba un balance entre lógica y emoción, entre lo técnico y lo humano. Una de las cosas más interesantes es cómo usaba la proporción. No lo hacía solo por matemática, sino para que los espacios se sintieran cómodos y naturales. En lugares como la Unité d’Habitation o la Capilla de Ronchamp, todo —la luz, las medidas, los recorridos— está pensado para que el espacio se viva de una manera especial. No es solo diseño; es experiencia. También trataba la arquitectura casi como una escultura. Le gustaba que los edificios tuvieran formas claras, sombras marcadas y que la gente caminara ...